¡Felicidades! Si estás leyendo esto, es porque has logrado empezar tu residencia y estás a punto de comenzar uno de los retos más emocionantes y desafantes de tu carrera médica: las guardias. Sabemos que el comienzo puede ser un poco abrumador, pero no te preocupes, aquí estamos para ayudarte. Te damos 10 consejos prácticos para que puedas estar al pie del cañón en tus primeras guardias, te contamos experiencias reales y respondemos algunas de las preguntas más frecuentes sobre ellas, sin olvidar que, de las guardias, también se sale.
Las primeras guardias pueden ser un torbellino de emociones y situaciones inesperadas. Aquí te traemos experiencias de tres residentes españoles que han compartido sus vivencias para ayudarte a saber qué esperar.
La Dra. Inés, quien comparte su vida como residente de medicina familiar y comunitaria en su canal de YouTube, narra en su vídeo su primera guardia de 24 horas. Subraya la importancia de la preparación mental y física para soportar las largas horas de trabajo continuo.
La Dra. Laura comparte cómo gestionó la presión de tomar decisiones rápidas y la importancia de mantener la calma ante situaciones imprevistas. Ofrece una visión sincera y práctica de las exigencias y aprendizajes que conlleva una guardia en pediatría.
Haciendo su refexión estando “saliente de guardia” (si aún no conoces esta expresión, más abajo te lo contamos), el Dr. Emilio nos cuenta lo que suponen las guardias de 24 horas y su opinión respecto a ellas, con un enfoque crítico sobre el sistema español con respecto a otros países europeos, que también te interesará conocer.
Vamos al grano: el dinero. Un residente de primer año (R1) en España tiene un salario base que ronda entre los 1.200 y 1.400 euros netos al mes. A esto, por supuesto, hay que sumarle las guardias. Cada guardia de 24 horas puede añadir entre 150 y 200 euros brutos a tu salario. Así que, si haces unas 4 guardias al mes, puedes esperar un extra de entre 600 y 800 euros. Esto signifca que, al fnal del mes, podrías estar llevando a casa entre 1.800 y 2.200 euros netos.
La cantidad de guardias que un R1 puede hacer varía dependiendo del hospital y de la comunidad autónoma, pero generalmente se suelen hacer entre 4 y 6 guardias al mes. Esto permite que los residentes tengan experiencia sufciente sin llegar al agotamiento extremo.
Las guardias suelen ser de 24 horas. Sí, lo sabemos, es mucho tiempo y frecuentemente se superan estas 24 horas. Esta carga de trabajo excesiva debería estar mejor regulada para evitar la fatiga extrema, que claramente afecta la calidad de la atención que podemos brindar a nuestros pacientes. Aunque disponemos de un descanso compensatorio después de una guardia tan larga, todos sabemos que no es sufciente para recuperarnos del agotamiento acumulado. Es fundamental que se reduzcan las horas de guardia y se establezcan regulaciones adecuadas para asegurar que podamos ofrecer una atención segura y de alta calidad.
No todo termina cuando acabas la guardia. Estar “saliente de guardia” es casi un estado místico para los residentes de medicina: una mezcla de zombi y superhéroe, con un toque de lucidez delirante. Tras horas interminables de trabajo, los residentes emergen del hospital con una mente nublada, predispuestos a las decisiones más absurdas: desde comprar un loro parlanchín hasta planear un viaje a Nueva Zelanda para dentro de tres días. Este estado post-guardia convierte cualquier cosa en una aventura surrealista, donde la lógica y la razón también necesitan un descanso.
Para evitar el estado de “saliente de guardia”, lo mejor es seguir unos pasos básicos pero efectivos. Al terminar la guardia, ve directamente a casa y asegúrate de dormir al menos unas horas para recuperar energías. Mantén una rutina de sueño saludable, hidrátate bien y come algo nutritivo como parte del descanso. Si te sientes demasiado agotado, evita tomar decisiones importantes o embarcarte en actividades complejas. Por muy tentador que parezca ese robot de cocina de la teletienda, probablemente no necesitas comprarlo. Prioriza tu bienestar físico y mental para estar listo y fresco para el siguiente día de trabajo.
Empezar con las guardias médicas puede ser una experiencia abrumadora, pero con la actitud correcta y una buena preparación, puedes convertirlo en una etapa enriquecedora y formativa. Recuerda que no estás solo, cuentas con un equipo de profesionales a tu alrededor dispuesto a ayudarte y enseñarte. Buena suerte en esta nueva aventura de las guardias médicas y recuerda que, al salir, ¡no bajes la guardia!
KOM0304.06.2024