Cuidar el sistema respiratorio es fundamental para la salud general de tus pacientes, quienes a veces quizás no comprenden por completo cuál es el papel de las mucosas o por qué mantener una buena higiene puede ser tan importante como no fumar. Para que puedas transmitirles de una manera sencilla los conceptos básicos sobre el sistema respiratorio y reforzar los consejos que deben seguir, aquí te presentamos una guía práctica con la que ayudar a tus pacientes a cuidar la salud de sus vías respiratorias y a mantenerlas en buenas condiciones.
El sistema respiratorio nos permite obtener el oxígeno del aire, que nuestras células necesitan, y eliminar el dióxido de carbono, que es un producto de desecho que debemos expulsar. Además, es una vía de entrada del ambiente exterior al cuerpo, por lo que debemos protegerlo de posibles infecciones. Necesitamos adquirir prácticas y hábitos que mantengan los pulmones y vías respiratorias con un buen funcionamiento, previniendo enfermedades y mejorando nuestra calidad de vida.
El aparato respiratorio está compuesto por una serie de estructuras y tejidos que trabajan juntos para facilitar la respiración. De forma resumida, incluye entre otros:
Además, tenemos una sustancia que recubre todo el interior de las vías respiratorias y es crucial para la salud pulmonar, la mucosa. Debe estar bien hidratada y libre de irritaciones para funcionar correctamente. Esta mucosa:
Un mal funcionamiento del sistema respiratorio, así como la aparición de infecciones de las vías respiratorias, puede generar una respiración insuficiente, apnea del sueño, cansancio, fatiga, problemas cardiovasculares…Todo ello va a afectar al resto del cuerpo, por lo que necesitamos cuidarnos. Aquí presentamos 7 consejos básicos que puedes transmitir a tus pacientes:
Evitar el tabaco y el humo: la exposición al humo del cigarrillo es extremadamente dañino, ya que irrita la mcosa e introduce sustancias tóxicas en nuestro sistema, aumentando el riesgo de enfermedad pulmonar, incluido el cáncer de pulmón. Evita fumar y los lugares con mucho humo.
Mantener una buena higiene personal: lavarse las manos con frecuencia ayuda a prevenir infecciones respiratorias, especialmente durante la temporada de gripe. Reducimos la posibilidad de que los microorganismos que tengamos en las manos pasen a las vías respiratorias al tocarnos la cara.
Mantener un ambiente limpio: reduce la exposición a contaminantes del aire, alérgenos y patógenos en tu hogar, ventilando y limpiando regularmente. Si vives en una zona con alta contaminación, los filtros pueden ser una buena opción para mejorar la calidad del aire en interior.
Hidratarse bien: beber suficiente agua mantiene las vías respiratorias correctamente hidratadas.
Hacer ejercicio regularmente: el ejercicio físico fortalece el sistema cardiopulmonar. Actividades como caminar, correr y nadar son excelentes para la salud respiratoria.
Vacunarse: las vacunas como la de la gripe y la neumonía pueden prevenir enfermedades respiratorias graves.
Mantener una dieta equilibrada: comer alimentos saludables, como frutas y verduras, aporta vitaminas, antioxidantes y otros elementos beneficiosos para la salud general, también la respiratoria. Además, mantener un peso saludable disminuye los riesgos cardiopulmonares.
Descarga la infografía con la que tus pacientes podrán aplicar estas 7 claves para el cuidado del aparato respiratorio:
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Cuidar del sistema respiratorio es más sencillo de lo que parece. Al adoptar hábitos saludables y seguir estos consejos, tus pacientes pueden mantener sus pulmones en buenas condiciones y disfrutar de una vida saludable. Recuérdales que la salud respiratoria es vital para el bienestar general. ¡Anima a tus pacientes a poner en práctica estos consejos y a respirar mejor cada día!
CON0050.08.2024
