27 noviembre, 2023
El colesterol es una molécula lipídica compleja que se encuentra en todas las células del cuerpo humano. Es necesario para la producción de hormonas, vitamina D y ácidos biliares que ayudan a la digestión. Sin embargo, cuando los niveles de colesterol en la sangre son demasiado altos, pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.
Por lo tanto, es importante que como profesionales sanitarios estemos bien informados sobre la relación entre la alimentación y el colesterol, y puedan proporcionar a sus pacientes información clara y actualizada.
En el próximo artículo, te explicaremos 5 mitos y verdades sobre el colesterol.
Existen muchos mitos sobre el colesterol que los médicos debemos conocer para poder brindar información precisa a los pacientes. Algunos de los más comunes son:
Realidad: El colesterol es necesario para la producción de hormonas, vitamina D y ácidos biliares que ayudan a la digestión. Sin embargo, cuando los niveles de colesterol en la sangre son demasiado altos, éstos se pueden acumular en las paredes de las arterias provocando una reducción en el flujo sanguíneo, pudiendo aumentar el riesgo de complicaciones como podrían ser angina de pecho y otros síntomas de enfermedad de las arterias coronarias, ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.
Realidad: El colesterol alto no presenta signos ni síntomas de advertencia. La forma de detectarlo a tiempo y ponerle remedio es a través de revisiones que incluyan una analítica sanguínea, en la que se pueden detectar los niveles de colesterol y otros lípidos.
Realidad: Las personas sin sobrepeso también pueden tener colesterol alto. Tener sobrepeso u obesidad aumenta las probabilidades de tener colesterol alto, pero no ser obeso no tiene un efecto protector. Por este motivo, independientemente del peso, dieta y nivel de actividad física, se debería medir el nivel de colesterol con regularidad.
Realidad: La Asociación Americana del Corazón (AHA) recomienda analizar los niveles de colesterol una vez entre los 9 y 11 años, y de nuevo entre los 17 y 21 años para niños y adultos jóvenes sin otros factores de riesgos o un historial familiar de enfermedad cardíaca temprana. Después de los 20 años, el médico volverá a analizar el colesterol y otros factores de riesgo cada cuatro a seis años siempre y cuando el riesgo se mantenga bajo.
Realidad: Aunque la ateroesclerosis generalmente ocurre a una mayor edad en las mujeres que en los hombres, la enfermedad cardiovascular sigue siendo la principal causa de muerte en las mujeres. Los médicos deben considerar condiciones médicas específicas de mujeres, tales como menopausia prematura (antes de los 40 años) y condiciones asociadas al embarazo, cuando les hablen sobre sus niveles de colesterol y las opciones para su tratamiento.
La alimentación puede afectar los niveles de colesterol en la sangre. Los alimentos que contienen grasas saturadas pueden aumentar los niveles de colesterol LDL (c-LDL) al igual que las grasas trans, mientras que los alimentos que contienen grasas insaturadas pueden ayudar a reducir los niveles de c-LDL. Los alimentos ricos en fibra también pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol LDL.
Los pacientes con colesterol alto deben evitar los alimentos que contienen grasas saturadas y grasas trans.
Estos alimentos incluyen:
En su lugar, deben consumir alimentos que contengan grasas insaturadas y fibra.
Entre estos alimentos se incluyen:
Desde la Atención Primaria, podemos ayudar a los pacientes a controlar el colesterol de varias maneras:
En definitiva, es importante que desde la Atención Primaria estemos familiarizados con las guías de tratamiento farmacológico de dislipidemias para el primer nivel de atención y se conozcan los medicamentos de primera elección para alcanzar el objetivo de c-LDL por debajo de 100 mg/dL. Además, se debe estar al tanto de las recomendaciones generales para las pruebas de colesterol según la edad, factores de riesgo y antecedentes familiares de los pacientes. Finalmente, los médicos desarrollamos un papel importante pudiendo recomendar cambios terapéuticos en el estilo de vida saludable, como bajar de peso, hacer ejercicio con regularidad, dejar de fumar y seguir una dieta equilibrada saludable para reducir los niveles de colesterol en la sangre.
KOM0228.11.2023