¿Es mejor ejercer en la sanidad pública o en la privada?

17 noviembre, 2021

A la hora de incorporarte al mercado laboral, seguramente te preguntes si es mejor trabajar en un centro público o en uno privado. Lo cierto es que existen suficientes diferencias entre estas dos opciones como para que medites bien tu decisión antes de elegir.

 

Como ya imaginarás, no existe una respuesta universal para la pregunta que planteamos en el título de esta entrada. Trabajar en un centro público o en uno privado son dos alternativas completamente válidas para cualquier médico, y decidir cuál de ellas es la mejor dependerá de las preferencias de cada uno o de las circunstancias del momento.

A continuación, te detallamos 5 factores que deberás tener en cuenta antes de decidir si prefieres trabajar en la sanidad pública o en la privada.

 

1. Vía de acceso

En primer lugar, necesitarás saber cómo se puede acceder a cada uno de estos dos sistemas, ya que el proceso es completamente diferente.

Para conseguir un trabajo en un centro privado tendrás que dar los mismos pasos que en cualquier otra empresa privada. Una buena forma de empezar es buscar ofertas en portales de empleo y, si encuentras alguna que encaje con tu perfil, enviar tu candidatura. De todas formas, si estás interesado en trabajar en algún centro en particular que no tiene convocatorias abiertas, siempre puedes probar con una candidatura espontánea y enviar tu currículum junto con una carta de presentación directamente al departamento de recursos humanos. Si tienes suerte y les gusta tu perfil, entrarás en el proceso de selección en el que los responsables del centro evaluarán tus aptitudes y decidirán si el trabajo es para ti.

La puerta de entrada al sistema público varía ligeramente entre comunidades, pero lo habitual es que tengas que apuntarte a una bolsa de empleo temporal o que intentes obtener una plaza fija a través de un concurso-oposición. Conseguir el puesto dependerá de la cantidad de méritos que aportes (cursos, experiencia previa, etc.) y, en el caso de la oposición, de la nota que obtengas en el examen. Se trata de un procedimiento mucho más objetivo, pero también más largo y tedioso.

 

2. Perspectiva de estabilidad

Firmar un contrato en un centro privado, incluso aunque sea indefinido, no te asegura que vaya a durar toda tu vida laboral. Ya sea porque la empresa cierre o porque tus superiores decidan prescindir de tus servicios, el contrato puede terminar en cualquier momento.

Por el contrario, si obtienes una plaza fija en la sanidad pública, sabes que tendrás un trabajo para siempre. Visto así, el esfuerzo que supone acceder, tal y como veíamos en el punto anterior, merece la pena, ¿no crees? Pero ¿qué ocurre hasta que consigues esa plaza? El camino no es fácil y se suele tardar un tiempo en alcanzar la estabilidad. Es muy probable que encadenes varios contratos temporales. Además, en función de tu especialidad y de tus méritos, tal vez te toque moverte por varios centros —e incluso por varias localidades— hasta que puedas acomodarte en un destino definitivo.

 

3. Condiciones laborales

Tanto en la sanidad privada como en la pública, las retribuciones son muy variables. Por un lado, si trabajas en un centro privado, la propia empresa decidirá tu salario en función de sus posibilidades, tu especialidad, la zona en la que trabajes o cualquier otro criterio que considere relevante. Por otro lado, si trabajas en la sanidad pública, tu sueldo dependerá de las administraciones y estará fijado por convenio, aunque existen grandes diferencias entre comunidades autónomas.

Si te decantas por la sanidad pública, debes saber que, normalmente, el horario está más definido y se suelen conceder más días de vacaciones y otros permisos, como los días de asuntos propios.

 

4. Reconocimiento

Si lo que te preocupa es la percepción de tus pacientes, según la reciente encuesta Sanidad en España. Encuesta de percepción, la población valora de forma similar la sanidad pública y la privada, con notas medias de 6,77 y 6,67, respectivamente. Parece que este aspecto no va a inclinar la balanza a uno u otro lado.

Más allá del reconocimiento social, si nos centramos en aspectos más objetivos, a la hora de acceder a un concurso o a una bolsa de empleo la experiencia en la sanidad pública suele contar más que la de la privada. Es un dato que debes tener en cuenta si tu intención a largo plazo es acabar accediendo a una plaza fija en el sistema público.

 

5. Carga de trabajo

En general, los centros privados son más pequeños y reciben menos pacientes al día, ya que el número de personas que tienen un seguro privado es inferior al de los usuarios de la sanidad pública. Por eso, como médico privado seguramente tendrás más tiempo para atender a tus pacientes y podrás ofrecerles un trato más personalizado.

En los centros públicos, aunque suele haber un mayor número de profesionales, la proporción médico-paciente suele ser menor que en los centros privados. En consecuencia, la presión asistencial es mayor y los tiempos de consulta son mucho más limitados.

 

¿Quieres compatibilizar las dos opciones?

Llegados a este punto, puede que, en lugar de elegir entre sanidad pública o privada, quieras aprovechar al mismo tiempo las ventajas que te ofrece cada una de ellas. Aunque esto es posible, debes saber que existe una normativa estatal que regula las incompatibilidades en la función pública, la cual exige solicitar una autorización para poder compatibilizar la actividad pública y la privada.

Además, las administraciones de las comunidades autónomas pueden establecer requisitos adicionales. Por ejemplo, en algunos casos te prohibirán trabajar en las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social o te limitarán el número de horas que puedes dedicar al sector privado. Por otro lado, si trabajas en alguna de las regiones que conceden complementos de exclusividad por ejercer en la sanidad pública y decides trabajar de forma simultánea en un centro privado, perderás ese ingreso extra.

 

Con estas claves podrás empezar a valorar qué alternativa te atrae más. De todas formas, no te agobies; tu elección no es irreversible y, si no te convence, siempre estarás a tiempo de cambiar de opción.

 

Enlaces de interés

 

RES.0181.112021

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