19 octubre, 2021
En un mundo gobernado por la tecnología e internet, cuidar tu presencia digital y forjarte una buena reputación online es vital para generar confianza entre tus pacientes y colegas. ¿Sabes cómo construir tu identidad digital como médico?
La identidad digital es la imagen que creas sobre ti mismo a partir de todo lo que haces en la red: los artículos que publicas, las imágenes que subes, las opiniones que compartes, las interacciones con otros usuarios… A partir de esa imagen, se genera tu reputación online, es decir, la opinión que el resto de internautas tiene sobre ti.
Por eso, si quieres causar una buena impresión tanto en tus pacientes como en tus colegas, debes cuidar tu identidad digital y trabajarla día a día para crear una imagen de la que puedas sentirte orgulloso. Si aún no sabes por dónde empezar a construirla, sigue estos consejos para dar los primeros pasos.
El primer paso es decidir qué grado de visibilidad quieres conseguir y a quién quieres llegar. No es lo mismo crear una identidad digital para atraer pacientes a tu consulta que hacerlo para buscar colegas con los que colaborar. La información que debes compartir y los canales que debes utilizar serán diferentes en función de tus objetivos profesionales.
A continuación, para dar forma a tu identidad digital necesitas saber cuál es el punto de partida, es decir, debes identificar qué información existe en la red sobre ti. Para ello, lo más fácil es introducir tu nombre y apellidos en un buscador. Lo ideal es que busques tu nombre en Google, ya que es el más utilizado, aunque también puedes probar en otros buscadores o en redes sociales.
Tras hacer esta búsqueda debes preguntarte si los resultados mostrados coinciden con lo que querrías transmitir a los médicos o pacientes interesados:
Con preguntas tan sencillas como estas identificarás las lagunas y los aspectos que debes trabajar o mejorar para que tu presencia digital se ajuste a lo que quieres que otros sepan sobre ti.
Te aconsejamos repetir este paso de forma más o menos periódica para ver cómo evoluciona tu identidad digital. Así, podrás comprobar si las medidas que adoptas para impulsar tu presencia en internet funcionan o si necesitas cambiar de estrategia.
Piensa cuáles son tus puntos fuertes y en qué áreas puedes destacar. Explota tus mejores cualidades para crear una identidad que marque la diferencia y llame la atención.
Algo que te resultará muy útil es buscar y compararte con otros perfiles que puedan ser similares al tuyo, por ejemplo, de profesionales de tu misma especialidad o área geográfica. Así, identificarás cuáles son las características que generan más interés entre los usuarios, qué valor añadido puedes aportar respecto a otros o en qué foros se mueven los profesionales más reputados.
Las redes sociales son un trampolín para impulsar tu presencia digital. Puedes utilizarlas para compartir información y contenidos y, gracias a su alcance, puedes llegar a todo tipo de usuarios.
No te asustes por la variedad de redes que existen, no es necesario que te registres en todas ellas. De nuevo, piensa cuáles son tus objetivos, a quiénes quieres llegar y qué tipo de mensajes deseas transmitir. En función de ello, elige qué plataformas se adaptan mejor a tus necesidades y vuelca tus esfuerzos solo en esas. Por ejemplo:
Recuerda que no basta con que te registres y crees un perfil. Debes tener una actitud participativa y activa: comparte contenidos, comenta las publicaciones de otras personas e interacciona con el resto de usuarios. Y, como consejo extra, intenta hacerlo con regularidad.
Aparte de las redes sociales, existen muchos otros espacios en los que puedes participar. Un claro ejemplo son los directorios de salud, como Doctoralia o Doctuo, en los que además de registrar tu consulta, podrás ayudar a resolver las dudas de otros pacientes. Esta es una estrategia muy interesante para darte a conocer y ganar prestigio.
Demuestra tu experiencia y tu valía aportando contenidos interesantes. Para ello, puedes aprovechar las redes sociales o ir más allá y crear tu propio blog o página web. Si tienes tiempo y te ves capaz, apuesta por crear contenido propio, aunque también puedes optar por compartir contenido de terceros que te parezca interesante. Cualquiera de estas alternativas puede ser útil para posicionarte como una fuente de información relevante para otros usuarios.
Eso sí, no compartas información de forma indiscriminada; la calidad debe prevalecer sobre la cantidad. Mantén siempre el rigor y recuerda que la ética que rige dentro de la consulta también debe estar presente fuera de ella.
RES.0162.102021