Cómo ganarte la confianza de tus pacientes
Establecer un clima de confianza con tus pacientes puede ser complicado, pero con estos consejos estarás en buen camino para conseguirlo
Seguro que más de una vez has escuchado que la base de la relación médico-paciente es la confianza. Y así es. Generar confianza aumenta la satisfacción de médico y paciente, mejora la adherencia al tratamiento y favorece la continuidad de los cuidados. En el siguiente artículo hablaremos sobre como ganarte la confianza de tus pacientes.
Factores que influyen en la confianza del paciente en el médico
El Diccionario de la lengua española define la confianza como la «esperanza firme que se tiene de alguien o de algo». Para que el paciente confíe en ti de esa forma, debe sentir lo siguiente:
- Creer que tú, su médico, quieres de verdad resolver su problema.
- Estar convencido de que puedes resolverlo, ya que posees la capacidad y la formación para ello.
- Tener el sentimiento de que lo escuchas y no lo juzgas.
- Sentirse en un entorno seguro, en el que se le cuida.
Si quieres que tu paciente confíe en ti, debes crear el clima adecuado y comunicarte de forma empática. Es algo que se cultiva y se aprende. Solo requiere un poco de práctica.
Consejos para ganarte la confianza de tus pacientes
La confianza no es algo que surge en un momento, sino una construcción que precisa tiempo. ¿Cuánto? Depende: habrá pacientes que se entreguen confiados a ti y otros que, por mucho que hagas, son desconfiados por naturaleza y siempre serán suspicaces. Teniendo esto en mente, hay ciertas actitudes que te ayudarán a construir esa relación de confianza:
- Interésate. A todos nos gusta sentir que importamos. A tu paciente también. Además de indagar sobre su enfermedad, preguntarle sobre su familia o sobre aquello que le preocupaba y que te contó en su última visita le hará sentir que no es un nombre más en tu lista. Y sobretodo, llama a tu paciente por su nombre.
- Escucha con atención. No basta con escuchar; además, el paciente debe sentir que lo haces. ¿Cómo? Míralo a los ojos (o, al menos, trata de levantar la vista del ordenador periódicamente); haz preguntas, pero sin interrumpir demasiado; asiente de vez en cuando…
- Explica. Tu paciente quiere entender lo que le pasa y lo que tiene que hacer para solucionarlo. Explícaselo con palabras sencillas y adaptadas a su nivel educativo.
- Cuida el lenguaje no verbal. Sabemos que tienes mucha gente que atender y muy poco tiempo, pero el paciente no debe notarlo. Cuida la expresión facial y el lenguaje corporal. Un único gesto desacertado puede crear tensiones difíciles de romper.
- Invita a preguntar. Asegúrate de que te ha entendido (pídele que repita lo que tiene que hacer, por ejemplo) y anímalo a preguntar.
- Prioriza la honestidad. La mayoría de los pacientes valorarán más a un médico sincero con su situación y que cumpla lo que promete. Explícales su estado de salud siempre con empatía, y si les dices que vas a hacer algo (indagar acerca de un nuevo tratamiento, llamar al especialista, etc.), intenta hacerlo en la medida de lo posible.
Una de las grandes satisfacciones del médico de familia es el sentimiento de que ayuda a la gente y de que la gente confía en él. Está en tu mano mejorar esa confianza.
Referencias
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RES.0387.092022