19 septiembre, 2022
«Doctor, he leído en internet que…». Seguro que todos los días escuchas esta frase en la consulta. Con suerte, lo que tu paciente ha leído es cierto y no tendrás más que confirmarlo. Pero, otras veces, lo que sigue a ese temido comienzo de frase es información errónea que tendrás que desmontar. En este artículo te explicamos cómo.
Que las personas indaguen sobre síntomas y tratamientos no es nada nuevo. Antes, se fiaban de alguien conocido; ahora, buscan en Google. El 60,5 % de los españoles lo hacen y ese porcentaje tiende a crecer. Sin embargo, el 47,4 % de ellos apenas confía en lo que encuentra.
¿Por qué te contamos esto? Porque el primer paso para resolver la situación ante un paciente mal informado es aceptar que internet está ahí y es un recurso potencial que podemos usar a nuestro favor.
Cuando un paciente ha leído, por ejemplo, sobre las maravillas de la dieta alcalina, los tres consejos que te contamos a continuación pueden ayudarte.
Si quieres que el paciente esté abierto a cambiar de opinión, debes «preparar» el ambiente. Para ello, sigue estas pautas:
Una vez que el paciente está predispuesto, es momento de explicarle lo equivocado de su información: «Sin embargo, ya sabes que en internet se encuentra de todo. Eso que has leído sobre la dieta alcalina es una de las tantas informaciones incorrectas que circulan».
Apóyate en la ciencia para desmontar la información, pero usa un lenguaje comprensible: «Los estudios científicos han demostrado que es imposible que la dieta ponga la sangre y la orina alcalina». Si no tienes claro el tema por el que te pregunta, dile que lo estudiarás y cítalo otro día. Eso genera mucha confianza.
Le hayas convencido o no, aprovecha para educar. Tu paciente busca en internet y no va a dejar de hacerlo porque tú se lo digas. Mucho más productivo que convencerle de que abandone esta práctica es enseñarle a diferenciar la información fiable. Somos conscientes del poco tiempo del que dispones en la consulta, así que tendrás que buscar formas rápidas de educar.
Puedes darle una lista preparada de antemano con las características de una web fiable. También puedes ofrecerle una serie de recursos en línea específicos en los que confíes. Por ejemplo, la Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria) tiene una web para pacientes con guías y artículos de salud donde, además, se responde a las preguntas de los pacientes.
No temas al paciente (mal)informado. Con un poco de práctica, estas situaciones serán pan comido.
RES.0380.092022