Seguro que durante la carrera de medicina has oído hablar de Hipócrates, Paracelso, Ramón y Cajal...pero ¿te han contado alguna vez quien fue la primera mujer que pudo graduarse en medicina en España? O mucho antes de que existieran títulos médicos, ¿crees que había mujeres que ejercían la medicina en el Antiguo Egipto? Las mujeres han tenido que luchar contra viento y marea para abrirse paso en el mundo de la medicina, un campo que durante siglos les estaba vetado. Hoy, vamos a hacer un recorrido por esas pioneras que, con valentía y determinación, dejaron su huella en la historia médica. Prepárate para conocer sus vidas fascinantes y curiosidades que no te dejarán indiferente.
Comencemos nuestro viaje en la Antigüedad. La primera mujer conocida en la medicina es Peseshet, una egipcia que vivió alrededor del año 2000 a.C. ¡Sí, has leído bien! Hace más de 4000 años, esta mujer ya se dedicaba a la medicina en el Antiguo Egipto. Peseshet era reconocida como “jefa médica”, lo cual indica que tenía una posición de liderazgo en su campo.
Peseshet no solo practicaba la medicina, sino que también supervisaba a otros médicos. Es probable que se hubiese graduado como matrona en la antigua escuela médica de Sais en el Bajo Egipto, y es una de las primeras mujeres mencionadas en la historia de la medicina.
Saltar de la antigüedad al siglo XIX nos lleva a una figura icónica: Elizabeth Blackwell. En 1849, Blackwell se convirtió en la primera mujer en recibir un título de médico en los Estados Unidos. Pero no pienses que fue un camino de rosas. De hecho, su admisión en la Geneva Medical College de Nueva York se la habían tomado a risa; los estudiantes masculinos, pensando que era una solicitud de admisión en broma, votaron a favor de aceptarla. A pesar de este comienzo en el que no la tomaron en serio, Elizabeth no solo demostró ser una estudiante brillante, sino que también rompió barreras para todas las mujeres que vinieron detrás de ella.
Blackwell fundó una clínica médica para mujeres y niños en Nueva York, conocida como el New York Infirmary for Women and Children. Su hermana Emily Blackwell, que también se convirtió en médica, le ayudó a establecer este hospital.
Aunque Elizabeth Blackwell es muy conocida, hay otra pionera que merece reconocimiento: Elizabeth Garrett Anderson. En 1865, se convirtió en la primera mujer en obtener un título de médica en Gran Bretaña. Y esto fue todo un desafío, porque las universidades británicas no admitían mujeres en sus programas de medicina. Anderson tuvo que estudiar de manera privada y obtener su licencia a través de la Society of Apothecaries.
Anderson abrió el St. Mary’s Dispensary for Women and Children en Londres, que más tarde se convirtió en el New Hospital for Women. También fue la primera mujer en ser elegida alcaldesa en Inglaterra, específicamente en Aldeburgh.
Florence Nightingale fue una enfermera británica, pionera de la enfermería moderna. Durante la Guerra de Crimea, lideró un equipo de enfermeras en un hospital militar en Scutari, mejorando las condiciones sanitarias y reduciendo la mortalidad. Usó estadísticas para demostrar la relación entre higiene y salud, lo que llevó a importantes reformas.
En 1860, fundó la Escuela de Entrenamiento Nightingale en Londres, que sirvió como modelo para otras escuelas de enfermería. Escribió influyentes textos sobre enfermería y sanidad. Su legado perdura en los estándares profesionales y éticos de la enfermería y en su uso innovador de datos para mejorar la salud pública.
La historia en España tiene un giro interesante con Elena Maseras. En 1872, Maseras fue la primera mujer en matricularse en una universidad española para estudiar medicina. Sin embargo, no pudo ejercer inmediatamente después de graduarse debido a las restricciones legales y sociales de la época. Aunque no ejerció como médica, fue una figura clave en la lucha por los derechos de las mujeres a la educación superior en España.
No fue hasta 1882 que Dolors Aleu i Riera, otra pionera, se graduó y pudo ejercer oficialmente la medicina, convirtiéndose en la primera mujer en hacerlo en España. Dolors Aleu i Riera no solo fue una médica destacada, sino que también escribió un libro titulado “Consejos a una madre sobre el régimen, limpieza, vestidos, sueño, ejercicio y entretenimiento de los niños”.
Matilde Petra Montoya Lafragua fue la primera médica en México. Desde joven, mostró interés por la medicina, inicialmente estudiando para ser partera. Tras superar muchos obstáculos y prejuicios de género, ingresó a la Escuela Nacional de Medicina, donde se graduó en 1887. Su logro abrió puertas para las mujeres en la medicina mexicana, inspirando a futuras generaciones. Montoya también trabajó como defensora de los derechos de las mujeres y promovió la educación femenina. Su perseverancia y dedicación contribuyeron significativamente al avance de la medicina y la igualdad de género en México.
Virginia Apgar fue una médica pionera en el campo de la anestesiología y neonatología en el siglo XX. Nacida en 1909, Apgar se convirtió en la primera mujer en ser profesora titular en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia. Es mundialmente conocida por desarrollar el Test de Apgar en 1952, una evaluación rápida de la salud de los recién nacidos que se realiza en entre uno y cinco minutos después del nacimiento. Este test evalúa cinco criterios: apariencia, pulso, gesticulación, actividad y respiración, y ha salvado incontables vidas al identificar rápidamente a los bebés que necesitan atención médica urgente. En 1973, recibió la Medalla de Oro de la Academia Americana de Pediatría por sus contribuciones a la salud de los recién nacidos.
En 1922 en España, Jimena Fernández de la Vega se convirtió en una de las primeras mujeres en obtener el título de doctora en Medicina en España, especializándose en pediatría y genética. Fue pionera en el estudio de la genética humana en España y trabajó en la identificación de enfermedades hereditarias, además de ser una de las fundadoras de la Sociedad Española de Genética en 1977.
Estas mujeres extraordinarias no solo abrieron puertas, sino que también derribaron muros en el campo de la medicina. Aquí hemos destacado figuras como la Peseshet en el Antiguo Egipto y Jimena Fernández de la Vega en la España del siglo XX; cada una de estas pioneras enfrentó y superó enormes desafíos para hacer realidad su objetivo de estudiar las enfermedades humanas y mejorar la vida de los pacientes. Su legado perdura, inspirando a nuevas generaciones de mujeres a seguir sus pasos en la medicina.
CON0003.07.2024