La comunicación efectiva con los pacientes es crucial en la práctica médica. Necesitamos transmitir adecuadamente lo que el paciente necesita saber y obtener de él la información que mejor nos permita ayudarle. Pero a veces convencerlo de seguir un tratamiento no es precisamente un camino de rosas, o incluso puede volverse un momento conflictivo. Aquí reunimos algunas estas estrategias que te ayudarán a vencer y convencer en tu consulta médica.
¿Cómo persuadir a un paciente para que siga nuestro consejo médico? Aquí tienes algunas técnicas que pueden marcar la diferencia:
Antes de empezar a hablar, es crucial escuchar. Y no hablamos de asentir con la cabeza mientras piensas en el resto de citas que te quedan por pasar en el día, sino de realmente prestar atención a lo que el paciente está diciendo. Pregunta, reafirma y muestra interés genuino. Esto no solo te dará información valiosa, sino que también hará que el paciente se sienta valorado y comprendido.
Deja a un lado la jerga médica y habla en un idioma que el paciente entienda mejor. Explica los términos complicados y utilizad analogías cuando sea posible. Por ejemplo, en lugar de decir “necesitas una angioplastia”, podríais decir “vamos a desatascar tus arterias, como si limpiáramos una tubería”.
Utiliza datos y estudios para respaldar tus recomendaciones y la toma de decisiones, sin ser demasiado técnico. Las personas enfermas confían más en la información que se basa en evidencia científica. Señala, por ejemplo, que “estudios recientes han demostrado que este tratamiento reduce el riesgo de complicaciones en un 30%”.
Mostrar empatía con frases como “entiendo que esto puede ser difícil” o “sé que es un cambio grande, pero estamos aquí para ayudarte” puede ser muy poderoso. La empatía crea un puente emocional que facilita la aceptación del consejo médico.
La confianza es la base de cualquier relación médico-paciente. Sin ella, incluso los mejores consejos pueden caer en saco roto. Aquí van algunas estrategias para ganarla:
Siempre sed sinceros con vuestros pacientes. Si no conocéis la respuesta a una pregunta, es mejor admitirlo y ofrecer buscar la información que dar una respuesta vaga o incorrecta. La honestidad crea confianza.
Sabemos que el tiempo es oro en la consulta, pero intentar dedicar unos minutos adicionales a cada paciente, siempre que sea posible, puede hacer maravillas. Un poco de tiempo extra para discutir preocupaciones o simplemente para charlar puede hacer que el paciente se sienta valorado y cuidado.
Cada paciente es único, y un enfoque de talla única no funciona. Adapta tus consejos y tratamientos a las necesidades individuales del paciente. Pregunta sobre sus preferencias y considera sus opiniones en el plan de tratamiento.
Realiza un seguimiento proactivo. Llama para ver cómo están las personas atendidas después de una intervención o recordarles sus citas de control. Esto demuestra que te importan y que estás pendientes de su bienestar.
Descubre más consejos para ganar la confianza de tus pacientes en este otro artículo.
La educación es clave para el cumplimiento y el éxito del tratamiento. Aquí tienes algunas estrategias para educar eficazmente a tus pacientes:
Proporciona folletos, vídeos y otros materiales educativos que puedan llevarse a casa. Asegúrate de que estos materiales sean claros y fáciles de entender.
Muestra cómo realizar ciertas acciones, como inyectarse insulina o hacer ejercicios de rehabilitación. Las demostraciones prácticas suelen ser más efectivas que las instrucciones verbales.
Utiliza aplicaciones y herramientas digitales para educar. Existen muchas aplicaciones que pueden ayudar a las personas enfermas a seguir sus tratamientos, registrar sus síntomas y aprender más sobre sus condiciones, algunas desarrolladas por las propias compañías farmacéuticas.
¿Quieres conocer algunas herramientas digitales de autocuidado que pueden servirte tanto a ti como a tus pacientes? Encuéntralas aquí.
Deja tiempo para que las personas hagan preguntas y respóndelas utilizando un lenguaje comprensible. Fomenta un ambiente en el que los pacientes se sientan cómodos preguntando sobre cualquier duda que tengan.
Todos hemos tenido alguna vez a ese paciente difícil. Aquí tienes algunas estrategias para manejar situaciones conflictivas sin perder la calma (ni la paciencia):
Siempre es más fácil decirlo que hacerlo, pero mantener la calma es crucial. Si alguien está enfadado o alterado, hablad con voz suave y controlada. No tomes las cosas a nivel personal.
Deja que exprese sus preocupaciones y emociones. Escucha activamente y validad sus sentimientos. Frases como “entiendo que esto es frustrante” pueden ayudar a desescalar la situación.
Busca algo en lo que ambos estéis de acuerdo y trabajad desde ahí. Por ejemplo, “ambos queremos que te sientas mejor, así que vamos a encontrar una solución juntos”.
Si un paciente no está de acuerdo con un tratamiento, ofrece alternativas. Pregúntale qué le gustaría probar o si hay algo específico que le preocupe del plan actual.
Si la situación se vuelve insostenible, puede ser útil derivar al paciente a otro profesional de la salud o a un especialista. A veces, una nueva perspectiva puede resolver el conflicto.
Desgraciadamente puede ocurrir; si la situación se vuelve peligrosa, te sientes amenazado o te encuentras en indefensión, aléjate de forma segura de la persona y busca ayuda, bien del personal del propio centro o protégete en un espacio al que el paciente no pueda acceder y llama a emergencias para que acudan.
Comunicar eficazmente con los pacientes es todo un arte, y una habilidad esencial para cualquier médico. Utilizando técnicas de persuasión, ganando la confianza del paciente, educándolo adecuadamente y manejando los conflictos con seguridad, puedes mejorar significativamente tu práctica médica y el bienestar de tus pacientes.
CON0049.08.2024